Tomas Piketty ha escrito un
libro, El Capital en el siglo XXI, que ha sido una de mis mejores lecturas en
los últimos años. No en vano ha sido
calificado por Paul Krugman como la magnum
opus de este economista francés. A
parte de ser una narrativa amena, interesante e impresionantemente
enciclopédica argumenta que “el
capitalismo tiene una contradicción fundamental” y que está destinado a que
la acumulación del capital sea tan extrema que nos lleve a un “espiral de desigualdad sin fin”, por
lo que recomienda fuertemente un impuesto sobre la riqueza para acabar con un
capitalismo patrimonial que no reconoce más al mérito y al sacrificio con
fuente para salir adelante. En general,
libros con esta temática han existido siempre desde su antecesor de título semejante
que escribiera el filósofo alemán Karl Marx.
Pero al igual que su antecesor, este libro está envuelto de un aurea de
rigurosidad por el lenguaje económico de su predicción sobre la desigualdad y la
justificación para la creación de un impuesto global; que no están debidamente justificados (i.e.
confrontar los artículos de varios autores en la American Economic Review (AER) de marzo del 2015)[1].
Si Piketty tuviera razón y sus
recomendaciones fueran válidas entonces las motivaciones para aumentar el
impuesto a la riqueza estuvieran económicamente justificada, pero veamos porque
esto no es así como para que motivemos una discusión de impuestos de herencias
y plusvalía sobre la base de esta teoría.
En primer lugar, los datos que
usa Piketty para su argumento corresponden mayoritariamente a Estados Unidos,
Inglaterra y Francia aunque ocasionalmente usa otro país desarrollado se
abstiene de usar datos de países en desarrollo porque no puede asegurar su
calidad; o como yo agregaría, difícilmente podrá encontrar lo mismo en países
que en promedio tienen un ingreso per
capita 35 veces más pobres al de los países ricos, con lo cual difícilmente
se puede argumentar que la desigualdad es porque haya demasiado capital (i.e.
la razón capital producto en Ecuador es 3 y en los casos mas extremos
analizados por Piketty llega a 7). Si
bien es cierto en Ecuador la rentabilidad del capital es mayor que el
crecimiento del ingreso (i.e. r > g) esto no implica ningún problema
respecto al futuro de la distribución del ingreso. Para entender el problema, asumamos que el
retorno variable para los distintos tipos de inversión en los bienes raíces,
activos financieros y activos reales de las empresas ecuatorianas sea 10%; y
por otro lado, asumamos un crecimiento del ingreso nominal de 5%, (i.e. 2,5%
por inflacion y 2,5% por crecimiento real) tenemos que hay una diferencia entre
las dos variables de aproximadamente de 5% por año. Por lo tanto, alguien podría concluir que con el paso de tiempo la renta del capital seria
tanto mas importante respecto a la renta total que la economía entraría en una
economía de una “espiral de desigualdad”.
Para comparar adecuadamente el retorno
nominal del capital con el crecimiento del ingreso nomial haría falta ajustar
las cifras por el impuesto marginal a la renta que en el Ecuador es 35%,
descontar el crecimiento de la población que en Ecuador es 3,1% (en una
generación de 30 años una pareja procrea en promedio 3 hijos) y descontar por
una depreciación promedio 10% por año. Entonces un retorno del 10% nominal
después de descontar impuestos, crecimiento de la población y depreciación
seria de 5,67%[2].
Si comparamos esta tasa de crecimiento de la renta del capital con la tasa de
crecimiento del ingreso del Ecuador para que la razón de capital a producto en
Ecuador pase de 3 a 7 nos tardaría aproximadamente 133 años!
En segundo lugar, en materia
impositiva con los mismos datos de Piketty se puede observar que el mayor nivel
de desigualdad en los grupos superiores obedece al ingreso por concepto de
salario respecto de otros ingresos laborales (e.g los bonos, las
indemnizaciones de altos ejecutivos, etc…).
Particularmente alarmante es el ingreso de los gerentes generales de las
multinacionales que cotizan en bolsa (i.e. los denominados CEO). Por tanto, habría que preguntarse si es que
la desigualdad proviene por el mayor ingreso por concepto de renta, porque
castigar por concepto de impuesto al patrimonio. Esto lo digo porque el principal problema de
los impuestos al patrimonio (e.g. impuesto a la herencia, impuesto a las
propiedades, etc.) es que distorsiona la decisión de ahorro lo que afecta la
capacidad de la economía para disponer de capital productivo. Y siguiendo con el argumento anterior, en un
país acostumbrado a evadir, lo que mas probablemente suceda es que se agrave la
desigualdad porque muchos encontrarán la manera de esconder las herencias y
nadie deje un testamento y lo que predomine en la iniciativa tributaria es mas
impuestos para los pocos que pagan y mas evasión de los que siempre
evaden. Por lo que si queremos reducir
la desigualdad, no tomar en cuenta el problema de evasión es un problema.
En tercer lugar, se ha convertido
en un lugar común indicar que el impuesto a la renta y el impuesto a las
herencias es progresivo y que el IVA es regresivo (i.e. la verdad es que los
impuestos al consumo son una mejor manera de afectar la renta de los ingresos
por las herencias que el mismo impuesto sobre la herencia, después de todo
quien paga el IVA de los yates, los carros deportivos, los autos de lujo sino
los ricos). Si uno toma en cuenta la
eficiencia económica, la capacidad de recaudación del impuesto, y lo progresivo
que puede ser gasto público que se financie con un impuesto como el IVA versus
el mismo impuesto sobre la herencia resulta que el IVA realmente es mucho más
progresivo. Si lo que uno quiere es
recaudar impuestos, y reducir la desigualdad en Ecuador para mi la receta es el
IVA mejorar el gasto en educación y no el impuesto a las herencias.
Contrariamente a lo que la gente
cree, los impuestos no se justifican por razones económicas sino por razones
políticas o mas bien filosofía política.
Por ejemplo, si la sociedad decidiera que el Estado debe crecer, hace
falta subir los impuestos para financiar un Estado mas grande. Si la sociedad decidiera redistribuir la
riqueza de manera mas igualitaria podría aplicarle impuestos a unos y darle
subsidios a otros. En donde entra la
economía es en la evaluación de la eficiencia que puede producir un tipo de
impuestos respecto de otro (e.g. mas precisamente cual es la pérdida de
eficiencia que produce cada uno de los impuestos).
Para entender mejor este punto
pensemos que políticamente se ha decidido reducir la desigualdad del ingreso,
veamos cómo ordenar en términos de
eficiencia tres tipos de propuestas de elevar impuestos: impuestos sobre el
consumo (e.g. IVA e ICE), impuesto a la renta (e.g. del trabajo o del capital)
e impuestos sobre el patrimonio (e.g. impuesto a la riqueza o impuesto a la
herencia). La mejor opción sería un aumento
del IVA, puesto el gasto en consumo siempre aumenta para los que ven aumentada
su riqueza producto de las herencias pero no aumentamos una distorsión que
perjudica la decisión de ahorro para el futuro (i.e. afecta el precio relativo
entre el consumo presente y el consumo futuro).
La segunda mejor opción sería un mayor impuesto a la renta del capital. Esto afecta la decisión de ahorro pero aumenta
proporcionalmente con su rentabilidad.
Si la inversión de un mismo capital da 2%, el monto a pagar de impuestos
por invertir es menor que cuando la rentabilidad es 20%. Sin embargo la peor opción en términos de eficiencia,
sería un impuesto sobre el patrimonio como el impuesto sobre la herencia. Este
impuesto no distingue entre los distintos tipos de rentabilidad del
patrimonio. Vale indicar, se paga el
mismo monto si el capital produce una rentabilidad de 2% anual o 20% y la distorsión
sobre la decisión de ahorro es aún más fuerte que la del impuesto a la renta
del capital. Desde el punto recaudatorio
el ranking seria IVA, herencias e impuesto a la renta. Desde el punto de vista de la distribución el
ranking seria herencia, renta e IVA.
Pero tomando todas las consideraciones el ranking se mantiene en IVA,
renta y herencia. Y si se quiere ajustar mejor la distribución
importa mucho que se haga con el gasto, en particular si se hace en educación
pública gratuita de mejor calidad.
Para mi como para muchos
economistas el tema la desigualdad es muy importante y recientemente la
situación se ha hecho aun de mayor preocupación. Sin embargo, la conclusión apocalíptica de
Piketty de que toda la renta de la economía se la llevara el capital y poco mas
que hace falta una revolución del proletariado no está justificada con la
evidencia empírica de los países desarrollados menos aun en países como Ecuador. Peor aún que haya justificación para crear un
impuesto global a la riqueza como pretende Piketty (i.e. un impuesto a la
herencia todo los años entre el 2 al 10% dependiendo de la riqueza!).
No me malentiendan, yo no estoy
para defender a los ricos, bastante nos dice la escritura respecto de que mas fácil es que entre un camello por el ojo
de una aguja que un rico al reino de los cielos. Lo que sucede es que la motivación del
presidente para aumentar el impuesto a las herencias me parece que no está
justificada. Mas me recuerda a la cita
del famoso Keynes: “Al parecer todos los
ciudadanos somos esclavos de las ideas de algún economista vivo o difunto…”
Por ultimo, desde el punto de
vista macroeconómico, el nivel de empleo y producción de corto plazo se ha
visto severamente afectado con la reducción de la demanda agregada que produjo
el shock internacional de la caída de los precios del petróleo sobre el gasto
de inversión pública y sobre el nivel de consumo e inversión privados que
resultó de las políticas comerciales de introducir salvaguardas a las importaciones. En este entorno, la discusión de las leyes de
herencia y plusvalía han afectado a las expectativas lo cual ha resultado en un
mayor impacto sobre la producción y el empleo que el inicialmente pensado. Asi que el tema de impuestos y la
distribución del ingreso, aunque legítimo, está fundado sobre una teoría
extranjera sin relevancia para el Ecuador y completamente fuera de tiempo
respecto de una economía que aruñaba para mantener sus niveles de producción y
empleo después de la caída del precio del petróleo y la introducción de
salvaguardas; y que después de estos sucesos me atrevo a predecir entrará en
una recesión de no mediar un shock positivo sobre el petróleo o un cambio
radical en las expectativas de la gente que permita sacar a la economía del lugar
que la hemos metido.
Invocando al Papa Francisco en su
exhortación apostólica Evangeli Gaudium,
ojalá que se produzca un dialogo por el bien común y que se promueva la
inclusión social de los pobres pero no con ideas que no se adecuan a la
realidad o con pretensiones de transformación que no toman en cuenta que el
“tiempo es superior al espacio” (cfr. Papa Francisco, Evangeli Gaudium). Bien
podríamos decir después de todo esto: ¡Bienvenido al Ecuador Papa Francisco!
Auerbach,
Alan and Kevin Hassett. (2015). “Capital Taxation in Twenty-First Century”
American Economic Review: Papers and Proceedings 105(5)
Mankiw,
Gregory. (2015). “Yes, r > g. So what?” American Economic Review: Papers and
Proceedings 105(5)
Piketty,
Thomas. (2015). “About Capital in the Twenty-First Century” American Economic
Review: Papers and Proceedings 105(5)
Piketty,
Thomas (2014). Capital in the Twenty-First Century. Belknap-Harvard.
Papa Francisco (2013). Exhortacion Apostolica: Evangeli Gaudium.
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html
Weil, David.
(2015). “Capital and Wealth in the Twenty-First Century”. American Economic
Review: Papers and Proceedings 105(5)
[1] Aunque de manera muy breve me
referiré a las razones que se esgrimen para rechazar los argumentos de Piketty los
tres economistas citados por el AER para comentar este libro: (1) Para Weill, se
utiliza como indicador de la riqueza el valor de mercado del capital, lo cual
exagera la desigualdad en los datos porque estos son combinados con datos de
ingresos que tienen una valoración contable con lo cual se agrava aún más el
problema, adicionalmente que no toma en cuenta que las transferencias de
seguridad social son un fuerte mecanismo de redistribución que no es tomado en
cuenta en los datos de Piketty; (2) Para Auerbach y Hassett, se utiliza
retornos después de impuestos usando el impuesto medio, cuando lo que debe
usarse es el impuesto marginal, este error metodológico es dejar de lado el
mecanismo de política fiscal diseñado para este efecto: el impuesto marginal
progresivo sobre la renta; y (3) Para Mankiw, el hecho de que el retorno en
dólares del capital sea mayor que el crecimiento del ingreso (r>g) no tiene
ningún inconveniente si luego de descontar impuestos, crecimiento poblacional y
depreciación esta diferencia normalmente para todo economía de crecimiento
estable desaparece.
[2] Este cálculo es una cifra a mano alzada que vendría de
la siguiente formulación (1+r)(1-t)(1-d)/(1+n) para hacerlo más preciso habría
que corregir por la tasa de impuestos a la herencia y por la tasa de
mortalidad, lo cual en el fondo seria aun contrario a la hipótesis que el
Ecuador entraremos en una espiral inequitativa a la Piketty.
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