En el verano del 2005 trabajé en
Nueva York para un banco alemán que operaba en esa ciudad. Una de mis tareas era evaluar el riesgo de
ciertas empresas que tenían operaciones de crédito o tenían acciones en bolsa
con gestión corretaje del banco. Cuando
le pedí un consejo práctico de como enfocar mi trabajo para poder olfatear
mejor los problemas, mi jefe, un veterano de la industria me respondió: “En el
negocio del crédito el efectivo es el que manda, fíjate en todo lo que ha
movido o podría mover los drivers del flujo de caja”. Y terminó recordándome
que nunca me olvide que: “¡Cash is King!”.
En la mitad de la crisis del
coronavirus ha salido una publicación sobre la liquidez de las empresas del
Ecuador, realizado en conjunto con la ESPOL, la UESS y la Superintendencia de Compañías
(SIC). El título me enganchó: “Flujo de Caja y Dias de Resistencia sin Efectivo en Tiempos de Covid-19”. Su conclusión más general es que las empresas
no podrán sobrevivir con su flujo de caja más de 28 días en cuarentena. Se hace un análisis por sectores, y un análisis por tamaño, y se
detallan conclusiones más específicas para cada caso.
El ejercicio me pareció
interesante. En primer lugar, porque el
efectivo es la única reserva para hacer frente a obligaciones salariales en el
caso de que no se muevan las ventas o las cuentas por cobrar, después de todo
de ahí viene la afirmación de que “Cash is King”. Además, porque de toda la información
contable que hay en un balance, la mas difícil de manipular en un conjunto tan
amplio como las empresas de un país es la cuenta de bancos o caja. Al menos, el auditor puede confirmar los
saldos de bancos con los estados de cuenta que les entregan los bancos a las
empresas y los reguladores la pueden cruzar con la información en los bancos si
llegara a ser necesario.
Pero mi alegría me duró poco
tiempo, puesto que era un estudio a los balances anuales presentados a
diciembre del 2018 a la SIC, que ordinariamente se hace en marzo de todos los
años. Tampoco había un análisis que
permitiera afirmar que el saldo estudiado fuera representativo de todos los
años, o que fuera representativo de todos los meses. Sospecho que es todo lo contrario, que varía
mucho a lo largo del tiempo, y que varía mucho a través del corte transversal
que son las empresas. Esto me hace
pensar que para el diseño de recomendaciones es algo que debe ser tomado con
las debidas precauciones que esta consideración amerita.
En todo caso, se me ha ocurrido
una idea que podría ser muy útil para las empresas y los hacedores de política
en esta crisis. Y además calza muy bien
para realizarse en tiempos del teletrabajo.
Se trata de presentar balances trimestrales a la SIC de manera semejante
a como hacen las empresas americanas según el US GAAP. Para el caso ecuatoriano mi recomendación es
que se haga una reforma para que la SIC los empiece a recibir a partir del
primer semestre del 2020 y de ahí continúe trimestralmente en septiembre, diciembre,
marzo y junio de todos los años. El
objetivo es conseguir información oportuna y relevante para que las empresas
puedan comunicar a sus stakeholders claramente como está siendo su
comportamiento, en esta crisis en particular, y para el resto del tiempo en
general. Esto permitiría por ejemplo
distinguir los resultados pre-cuarentena, en cuarentena y post-cuarentena.
También permitiría a los bancos
mejorar la calidad de sus decisiones de crédito y a los reguladores formular
mejores propuestas para asistir a las empresas durante esta crisis; asi como permitirles
a los investigadores que desarrollen estudios relevantes en tiempo real.
Ya me saldrán al paso las criticas;
que esto es mucha información para revelar al público dirán algunos, que exige
más trabajo a la contabilidad de las empresas, que implicará un costo de mayor
auditoria para alicaída economía de las empresas y que de todas maneras la
información no es muy útil.
A la primera de las criticas
respondería que esta información es para beneficio de todas las partes, y si es
que hubiera un valor en justificar que esta información no sea pública (la
información anual ya lo es) tampoco sería un problema que la información trimestral
sea manejada por la CIA y entregada codificada a los investigadores. Para la segunda crítica, debo responder que
toda empresa seria debería tener la información contable y financiera al día
para que sea un soporte para la correcta toma de decisiones, entregarla a la SIC
sería solo un mero trámite. Para la idea
de que podría ser un costo adicional de auditoria podría responder que una verdadera
auditoria debe tener controles periódicos e indicadores que ayuden a alertar
problemas a la administración de un posible desvío de los principios
generalmente aceptados de contabilidad. A
no olvidar que una buena auditoria tiene valor no solo para las autoridades de
control sino para los mismos accionistas respecto de su personal de contabilidad
dentro de la empresa. Pero, por último,
podríamos obviar el requisito de que sean balances auditados trimestralmente, conservaríamos
los estados anuales auditados con la condición de que no pueda variar las
cifras presentadas en los reportes de cada trimestre. Finalmente, algunos empresarios no verán
mucho valor al entregar la información desde su perspectiva, pero como lo hemos
dicho, para los hacedores de política sería muy útil -no todo lo que parece
bueno a nivel individual es bueno a nivel agregado-. Solo como una muestra, yo estaría muy
interesado como se comporta la cuenta bancos y la cuenta caja a lo largo del
tiempo y en un mismo momento dentro de las distintas empresas, de manera de
poder pensar cómo facilitar la creación de mecanismos que creen liquidez como
el dinero electrónico, las transferencias interbancarias, la securitización de
activos, entre otros.
Y por supuesto, en estos tiempos
de teletrabajo, donde además existe la facturación electrónica, los sistemas de
información, las bases de datos asequibles de manera remota este paso no es ni
remotamente tan complejo como lo han dado las empresas que otros países llevan
informando trimestralmente desde hace más de cuatro décadas.
Me parece que esta iniciativa de acelerar
la frecuencia de entrega de información financiera de las empresas a la SIC es
un ejercicio del que todos ganamos y no me parece que tendría mucho costo. Podríamos acceder a una de las piezas mas valiosas de información para que las empresas, los bancos y los reguladores puedan evitar decisiones equivocadas, cuando como decía mi jefe gringo, los problemas en una empresa arrecian: Cash is King. Esta sería una reforma, y nunca mejor
utilizada la expresión, que se encuentra a distancia de un click.
2 comentarios:
Sin duda el Balance General con frecuencia trimestral aportaría información completa y más actualizada respecto del anual. Pero, a efectos de monitorear la liquidez de las empresas, no es mejor el Estado de Flujo de Efectivo si lo que importa es la cuenta Caja/Bcos? El Estado de flujo de efectivo finalmente permite visualizar el cash disponible para hacer frente la operación de la empresa.
Efectivamente donde aparece balances debería leerse estados financieros (balance, pyg, flujo de caja y movimiento patrimonio). En realidad es llevar todo de años a trimestres. Gracias por el comentario, completamente de acuerdo. Saludos atentos, JFRP
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