domingo, 17 de mayo de 2020

Cash is King: version para empresas


En el verano del 2005 trabajé en Nueva York para un banco alemán que operaba en esa ciudad.  Una de mis tareas era evaluar el riesgo de ciertas empresas que tenían operaciones de crédito o tenían acciones en bolsa con gestión corretaje del banco.  Cuando le pedí un consejo práctico de como enfocar mi trabajo para poder olfatear mejor los problemas, mi jefe, un veterano de la industria me respondió: “En el negocio del crédito el efectivo es el que manda, fíjate en todo lo que ha movido o podría mover los drivers del flujo de caja”. Y terminó recordándome que nunca me olvide que: “¡Cash is King!”.

En la mitad de la crisis del coronavirus ha salido una publicación sobre la liquidez de las empresas del Ecuador, realizado en conjunto con la ESPOL, la UESS y la Superintendencia de Compañías (SIC).  El título me enganchó: “Flujo de Caja y Dias de Resistencia sin Efectivo en Tiempos de Covid-19”.  Su conclusión más general es que las empresas no podrán sobrevivir con su flujo de caja más de 28 días en cuarentena.  Se hace un análisis por sectores, y un análisis por tamaño, y se detallan conclusiones más específicas para cada caso.

El ejercicio me pareció interesante.  En primer lugar, porque el efectivo es la única reserva para hacer frente a obligaciones salariales en el caso de que no se muevan las ventas o las cuentas por cobrar, después de todo de ahí viene la afirmación de que “Cash is King”.  Además, porque de toda la información contable que hay en un balance, la mas difícil de manipular en un conjunto tan amplio como las empresas de un país es la cuenta de bancos o caja.  Al menos, el auditor puede confirmar los saldos de bancos con los estados de cuenta que les entregan los bancos a las empresas y los reguladores la pueden cruzar con la información en los bancos si llegara a ser necesario.

Pero mi alegría me duró poco tiempo, puesto que era un estudio a los balances anuales presentados a diciembre del 2018 a la SIC, que ordinariamente se hace en marzo de todos los años.  Tampoco había un análisis que permitiera afirmar que el saldo estudiado fuera representativo de todos los años, o que fuera representativo de todos los meses.  Sospecho que es todo lo contrario, que varía mucho a lo largo del tiempo, y que varía mucho a través del corte transversal que son las empresas.  Esto me hace pensar que para el diseño de recomendaciones es algo que debe ser tomado con las debidas precauciones que esta consideración amerita. 

En todo caso, se me ha ocurrido una idea que podría ser muy útil para las empresas y los hacedores de política en esta crisis.  Y además calza muy bien para realizarse en tiempos del teletrabajo.  Se trata de presentar balances trimestrales a la SIC de manera semejante a como hacen las empresas americanas según el US GAAP.  Para el caso ecuatoriano mi recomendación es que se haga una reforma para que la SIC los empiece a recibir a partir del primer semestre del 2020 y de ahí continúe trimestralmente en septiembre, diciembre, marzo y junio de todos los años.  El objetivo es conseguir información oportuna y relevante para que las empresas puedan comunicar a sus stakeholders claramente como está siendo su comportamiento, en esta crisis en particular, y para el resto del tiempo en general.  Esto permitiría por ejemplo distinguir los resultados pre-cuarentena, en cuarentena y post-cuarentena.

También permitiría a los bancos mejorar la calidad de sus decisiones de crédito y a los reguladores formular mejores propuestas para asistir a las empresas durante esta crisis; asi como permitirles a los investigadores que desarrollen estudios relevantes en tiempo real.

Ya me saldrán al paso las criticas; que esto es mucha información para revelar al público dirán algunos, que exige más trabajo a la contabilidad de las empresas, que implicará un costo de mayor auditoria para alicaída economía de las empresas y que de todas maneras la información no es muy útil.

A la primera de las criticas respondería que esta información es para beneficio de todas las partes, y si es que hubiera un valor en justificar que esta información no sea pública (la información anual ya lo es) tampoco sería un problema que la información trimestral sea manejada por la CIA y entregada codificada a los investigadores.  Para la segunda crítica, debo responder que toda empresa seria debería tener la información contable y financiera al día para que sea un soporte para la correcta toma de decisiones, entregarla a la SIC sería solo un mero trámite.  Para la idea de que podría ser un costo adicional de auditoria podría responder que una verdadera auditoria debe tener controles periódicos e indicadores que ayuden a alertar problemas a la administración de un posible desvío de los principios generalmente aceptados de contabilidad.  A no olvidar que una buena auditoria tiene valor no solo para las autoridades de control sino para los mismos accionistas respecto de su personal de contabilidad dentro de la empresa.  Pero, por último, podríamos obviar el requisito de que sean balances auditados trimestralmente, conservaríamos los estados anuales auditados con la condición de que no pueda variar las cifras presentadas en los reportes de cada trimestre.  Finalmente, algunos empresarios no verán mucho valor al entregar la información desde su perspectiva, pero como lo hemos dicho, para los hacedores de política sería muy útil -no todo lo que parece bueno a nivel individual es bueno a nivel agregado-.  Solo como una muestra, yo estaría muy interesado como se comporta la cuenta bancos y la cuenta caja a lo largo del tiempo y en un mismo momento dentro de las distintas empresas, de manera de poder pensar cómo facilitar la creación de mecanismos que creen liquidez como el dinero electrónico, las transferencias interbancarias, la securitización de activos, entre otros.

Y por supuesto, en estos tiempos de teletrabajo, donde además existe la facturación electrónica, los sistemas de información, las bases de datos asequibles de manera remota este paso no es ni remotamente tan complejo como lo han dado las empresas que otros países llevan informando trimestralmente desde hace más de cuatro décadas.

Me parece que esta iniciativa de acelerar la frecuencia de entrega de información financiera de las empresas a la SIC es un ejercicio del que todos ganamos y no me parece que tendría mucho costo.  Podríamos acceder a una de las piezas mas valiosas de información para que las empresas, los bancos y los reguladores puedan evitar decisiones equivocadas, cuando como decía mi jefe gringo, los problemas en una empresa arrecian: Cash is King.  Esta sería una reforma, y nunca mejor utilizada la expresión, que se encuentra a distancia de un click.

2 comentarios:

luisangel.velastegui@gmail.com dijo...

Sin duda el Balance General con frecuencia trimestral aportaría información completa y más actualizada respecto del anual. Pero, a efectos de monitorear la liquidez de las empresas, no es mejor el Estado de Flujo de Efectivo si lo que importa es la cuenta Caja/Bcos? El Estado de flujo de efectivo finalmente permite visualizar el cash disponible para hacer frente la operación de la empresa.

JFRP dijo...

Efectivamente donde aparece balances debería leerse estados financieros (balance, pyg, flujo de caja y movimiento patrimonio). En realidad es llevar todo de años a trimestres. Gracias por el comentario, completamente de acuerdo. Saludos atentos, JFRP