jueves, 20 de mayo de 2021

Maquiavelo, Nietzsche y el valor de la palabra

 Mas rápido cae el mentiroso que el ladrón titularía Nebot a este artículo, yo en cambio argumento lo contrario. Lo cierto es que después de los hechos insólitos ocurridos en la designación del presidente de la Asamblea en la semana pasada a muchos le ha sobrevenido la sensación de que otro tipo de política es posible.  Sin embargo, en la entrevista de esta semana a hecha por Boscan a Nebot en La Posta se ha empezado a enmarcar el aborto de Lasso del pacto con UNES-PSC-CREO como una prueba de “incumplir la palabra como presidente y como ser humano”.  Abriendo un supuesto abismo entre la actitud de Nebot y de Lasso. ¿Cómo se puede conciliar estos dos sentimientos? ¿Quién tiene la razón?

Muchos analistas creen que ha sido un error no seguir aliado a Nebot como así lo dijeron en una entrevista el mismo Anderson Boscan y Oswaldo Moreno el domingo pasado en TC televisión frente a Carlos Vera.  Otros, sin embargo, aciertan en decir que es una decisión coherente y elogian el accionar de Lasso.  Así lo expresaron Roberto Aguilar en el Expreso y Jose Hernandez en 4 Pelagatos.  Sin embargo, ninguno logra justificar su respuesta.  Analicemos los aspectos pragmáticos y éticos de la decisión para valorar correctamente lo sucedido y anticipar qué podría pasar en el futuro.

Maquiavelo y el fin justifica los medios

El primer problema que debemos sortear para resolver esta supuesta disyuntiva es aclarar la posición que argumenta Nebot como lo que realmente es.  En este sentido conviene partir diciendo que efectivamente su propuesta era la más conveniente para el país, puesto que consigue el fin de manera más segura: gobernabilidad.  Esto debido a que la alianza UNES-PSC-CREO (49+ 18 + 12 = 79 votos) asegura la mayoría sin requerir de los independientes.  Por otro lado, la alianza PK-ID-CREO-Independientes (70 votos) entre otras cosas se hace con un partido que hizo campaña con propuestas contrarias al plan de gobierno de Lasso (reducir la apertura comercial, prohibir la exploración petrolera, reversar la liberación del precio de los combustibles, entre otras), por tanto, es una alianza inestable que no asegura nada más que la presidencia y le ha requerido entregar cargos en el Ejecutivo para asegurar lealtades de los independientes. Hasta aquí Nebot acierta.

Sin embargo, el tema que se está dejando de lado es el medio para conseguir esa mayor gobernabilidad política.  Pues suponía, ni mas ni menos, pactar tácitamente con el correísmo acerca de los temas mas escandalosos de la política ecuatoriana: los hechos de corrupción en el gobierno de Correa.  Vale decir, el fin justifica a los medios, una máxima que Nebot no dudó en aclarar: “que pactaría con el mismo diablo si fuera necesario”.  Pero el problema no termina solamente en aclarar que el fin no justifica los medios. 

Nietzche y el valor de la verdad

El filósofo del nihilismo moderno, Friedrich Nietzsche, habló sobre esta idea de la verdad en <<Sobre la verdad y la mentira en sentido extra moral>>.  Ahí reconoce la importancia de la definición de los conceptos unívocos para una adecuada convivencia política.  El problema es que su propuesta era que sean los políticos los que vacíen de contenidos morales las ideas y los redefinan en la acepción que les convenga para que pueda haber convivencia política, sino estaríamos condenados al barbarismo.

En este sentido, el problema más complejo es el de la narrativa interpuesta en la fallida alianza.  Según se entiende de la entrevista, Correa planteó el tema de la Comisión de la Verdad y Lasso se opuso desde un principio para que luego Nebot la modificará con la máxima: “impunidad no, persecución política tampoco”.    A pesar de la sorprendente elocuencia de Nebot, este era un recurso para lanzarle una boya al correísmo para que consiga escamotear de alguna manera los procesos en su contra.  Tanto es así, que en un momento cumbre de la entrevista, Boscan le pregunta a Nebot: “¿Ud. me quiere hacer creer que Correa de repente se llenó del Espíritu Santo al proponer lo que proponía?”. A lo que Nebot, con una magistral habilidad le responde: “Piense Ud. que para un perseguidor -Correa-, que le ofrezcan no ser perseguido es un logro, pues en su cabeza eso es lo que el teme”. No en vano Nebot ha llegado tan alto en la política ecuatoriana, en público y en privado, no es fácil sorprenderlo.

Mas allá de las obvias generalidades que supone no discutir sobre la independencia de la impartición de justicia aquí aparece el principal problema con el que el correísmo ha hecho su estampa en la política ecuatoriana: la manipulación de la verdad.  Hay que tener un nivel de hipocresía que raya con el cinismo para decirnos que la idea de conformar una Comisión de la Verdad no era con el propósito de revertir los fallos de alguna manera que le de legitimidad política, aunque sea acosta de una inmoralidad.  Otros políticos argumentaban en este sentido, tal fue el caso de Otto Sonnenholzner en Los Desayunos de Teleamazonas cuando dijo esta semana: “que antes que suscribir ese acuerdo seria preferible gobernar por decreto”.

En un intento de enmascarar sus intenciones Correa hace alusión al Pacto de la Moncloa en España y el de la Concertación en Chile como antecedentes para gestar la Comisión de la Verdad en Ecuador.  Descontextualizando hechos históricos como que la materia de la unidad era sobreponerse a crímenes cometidos por sendas dictaduras en contra de su propio pueblo.  Además de omitir el hecho de que ambos fueron acuerdos con casi la totalidad de fuerzas políticas y no solo con un espectro de ellas como en el Ecuador lo son los partidos populistas de izquierda y derecha que representan el correísmo y el socialcristianismo en Ecuador.

Mas importante todavía es que al vaciar de contenido las ideas.  Al comparar los hechos injustos cometidos por un gobernante atentando contra la vida en búsqueda de la paz social y confundirlos con hechos injustos cometidos por un gobernante para obtener beneficios económicos y repartirlos entre sus partidarios a costa del bien común; lo que se intenta es redefinir los conceptos.  Lo uno se explica para conseguir un perdón para que los violentados no perpetúen la violencia, lo otro supone impunidad para que los ladrones disfruten del dinero. ¡Bendita analogía!  Aun si fuera posible demostrar que en el corto plazo la corrupción no es ineficiente, como de hecho algunos modelos lo prueban, todavía sigue siendo claro que en largo plazo no lo es.  Para lo cual, los escándalos de corrupción en las principales ciudades del país no son más que la punta del iceberg.  Pero aun si esto fuera posible, tampoco nos parece moralmente adecuado vaciar de contenido el tema de la corrupción de los actos de gobierno so pretexto de conseguir mas gobernabilidad.

Del Ecuador del encuentro a la Real Politik

Hay un pasaje evangélico que ilustra muy claramente las disyuntivas vividas en este episodio de la política del cual el presidente Lasso tendrá mucho que aprender de cara al futuro.  Sabiéndose despedido, el mal administrador llamó uno a uno cada a los deudores de su amo para anotarle una cantidad inferior en el registro de sus deudas a cambio de ser compensado cuando el esté afuera del cargo.  El Señor parece alabarlo cuando le dice: “Porque los hijos de este mundo son mas astutos en su trato con lo demás que los hijos de la luz”.

Es indudable que la capacidad de los políticos con los que se reunió Lasso, para buscar el bien personal camuflado en el bien común es extraordinaria.  Mas todavía, a pesar de haber sido expuestos en sus pretensiones, son capaces de revertir y estructurar la información de tal manera que hacen parecer a la víctima como el victimario.  De estos dos hechos hay que saber extraer lecciones, pero para encauzarlas a fines mas nobles.  Desde dónde se reúnen, a quién invitan, qué temas van a tratar ya se está haciendo política y hay que saber cómo jugarla.  No se puede meter la cabeza en las fauces del león y esperar que no te la coman.

En este sentido los operadores políticos de Lasso deben aprender a hacer estrategia política. A no confundir con la comunicación política que tiene Duran-Barba, en lo primero este no ha sido muy bueno.  Recomiendo que confirmen con Macri si me equivoco.  Me atrevo a recomendar perfiles que consigan esos objetivos.  Voy a usar el nombre de un político fallecido, tío de un amigo, para no implicar recomendaciones o insinuar que corten cabezas.  Estoy pensando en alguien como el “cavernícola” Ledesma Ginatta.  Quien era un hombre de la ID que fue ministro de Duran-Ballen, un político que conocía el intríngulis de las relaciones políticas, con el que todos hablaban y le podían confiar, que era capaz de proponer estrategias inteligentes y llevarlas a cabo sin proponer graves conflictos morales al hacerlo.  Pedido complejo en todo caso, pero eso es lo que se necesita.  Además, tenía una pinta como la W. Churchill.

Por ahora espero que quede claro en la opinión de la gente que no hay razón para creer que el fin justifica los medios.  Además, y más importante, la verdad no es algo que se construye desde lo político.  A lo sumo, es algo que debemos descubrir con los otros a través del diálogo con todos aquellos, que a pesar de las diferencias, vivan en coherencia con lo que piensan.  Nebot y ciertos líderes indígenas, a pesar de que en algunas cosas se equivocan, han demostrado esa coherencia en este y otros casos.  Si Correa quiere entrar en este grupo que se entregue a la justicia, y reconozca su gran responsabilidad histórica con los daños al país, sino ya quedó superado.  Esto al menos, debemos reconocérselo a Lasso. 

Ojalá Nebot reconsidere su posición respecto a Lasso.  También que Lasso aprenda desde la humildad y haga un esfuerzo por reconstruir el “abismo” que los separa.  Las asombrosas coincidencias de este gobierno con el de Mahuad no dejan de aterrorizarme.  Por el bien del país espero que ninguna de las predicciones apocalípticas de los opositores se hagan realidad.  Ambos líderes deberían hacer su mea culpa y reconocer que “las palabras se les fueron más allá de los conceptos”. 

Espero haber justificado que el valor de la palabra es indispensable en la política, como en toda relación humana, pero esta pasa a segundo plano cuando jugamos con el valor de la verdad y el compromiso que esta entraña se ajusta a definiciones según lo que nos conviene.  Para lo demás espero el milagro.  Yo en todo caso todavia guardo esperanzas en el nuevo presidente.