viernes, 24 de febrero de 2017

¿Quiénes somos y por quién votamos?


Hace 10 años escribí una carta de lo que esperaba del gobierno de Rafael Correa, hoy a pesar de que intentó darles solución a esos problemas, la verdad es que se han agravado.  Sin embargo, mi enfoque era de orden económico; ahora escribo esta carta con un enfoque más personal al candidato Guillermo Lasso.

Ecuador es un país pequeño y en relativa inferioridad respecto al resto del mundo.  No seremos los más fuertes, los más educados o los más ricos; pero somos gente de bien.  Somos más bien pacíficos, emprendedores, solidarios y de una espiritualidad consecuente con sus actos; y pueblo de esperanzas e ilusiones.  Sin embargo, de un tiempo a esta parte, se nos ha querido inculcar una ideología política que nos divide entre categorías propicias para la manipulación política; y este es el caldo de cultivo para que la violencia política, muchas veces financiada por el narcotráfico, nos convierta en un país violento.  Somos un pueblo pacífico, no queremos que entren las guerrillas que desestabilizaron a nuestros vecinos, ni tampoco al narcotráfico o a la mafia.

Hemos tenido la más intensa y prolongada bonanza petrolera de la historia del Ecuador.  Sin embargo, el Estado no pudo eliminar los problemas económicos de la falta de crecimiento y empleo a pesar de su exorbitante gasto público y subsidios.  Nosotros somos emprendedores porque confiamos en que por la iniciativa privada saldremos nosotros mismos adelante y no con un Estado sustituto de la responsabilidad personal.

La hegemonía política del gobierno también ha eliminado muchos controles y nos ha impuesto una moralidad corrompida.  Legalizó el microtráfico de las drogas y ha facilitado la corrupción en el gobierno y la manipulación de la justicia que ha permitido florecer a los ladrones, vagos, mentirosos, etc (…).  Nosotros somos un pueblo de una moral natural reforzada por nuestros padres y no queremos estas intervenciones que rompen su unidad y consecuencia entre el actuar y pensar que tanto les hace falta a nuestras familias.  Esto se lo debemos a nuestros hijos, sino para el próximo terremoto nos derrumbamos por completo como pueblo.

Seremos pequeños, seremos más débiles, más pobres que otros países, pero nuestra condición externa no nos ha limitado como pueblo.  Porque somos gente que pelea de abajo hacia arriba y que logra lo que se propone.  Somos como el Tigre de Guayaquil, amable y bueno con su amo pero que si se siente amenazado por un extraño es capaz de defenderse con toda su fuerza de animal salvaje.  Eso somos los ecuatorianos.  Los mismos que llevaron a la Selección Nacional a los mundiales, los mismos que defendieron al Ecuador en el Conflicto del Cenepa y los mismos que acudieron al rescate de su gente en el Terremoto de Manabí.

Solo tengo un candidato que se identifica con quiénes somos y es Usted.  En esta segunda vuelta, le toca a usted conectarse con el pueblo apelando a lo que somos; y según los resultados de las votaciones, lo que queremos seguir siendo.  Sé que es tarea difícil, pero a pesar de que nuestros políticos tradicionales mantienen dos discursos, uno el que dicen y otro el cómo actuan.  La coyuntura política le ha abierto un espacio y debe aprovecharla durante la campaña en base a esta estrategia de: ¿quiénes somos y por quién debemos votar?  Esta es mi recomendación, no desmaye en mantener una campaña de altura a pesar de que adversarios y sus nuevos aliados le indiquen lo contrario; ya es hora del cambio.  No olvide que como decía el papa Benedicto, la verdadera política es la forma más alta de caridad.