martes, 23 de noviembre de 2021

Reforma tributaria: de suma cero a cooperación de las élites

Como he referido en ocasiones anteriores las decisiones en materia de impuestos, al menos en los términos planteados en esta coyuntura, no son de naturaleza económica.  Debemos esforzarnos en reconocer esta idea subyacente para comprender mejor el problema que está causando la discusión de la reforma tributaria.  Uno no puede argumentar que si el Estado necesita más impuestos eso es malo, o si querer bajarlos, con la misa lógica sea bueno.  Aquí con mi sombrero de empresario puedo creer que los impuestos son malos porque me reducen las utilidades, cuando en realidad desde la perspectiva económica no son mas que unos instrumentos de redistribución: les quito a unos para darle al Estado.  Por supuesto, que como gerente financiero las veré como un gasto, pero como economista son solo una redistribución.  A lo sumo lo que puedo anotar como economista es que hay unos mas impuestos mas eficientes que otros, decimos que algunos producen más perdida irrecuperable de eficiencia que otros. Pero en el fondo, el hecho mismo de tener que pagar un impuesto es un hecho eminentemente político, en tanto le reconozca autoridad a un estado para que tenga que pagarle un tributo. 

Por otro lado, hay una confusión por no abordar el problema como lo que realmente es: un problema de déficit estructural.  Una decisión económica no se puede argumentar que es buena porque tiene beneficios o que es mala porque tiene costos.  Lo que se puede decir es que una decisión es buena si en el neto los beneficios superan a los costos. Entonces, en la coyuntura actual, decir que subir los impuestos es malo es solo analizar la mitad de la película.  Una propuesta alternativa seria comparar el no subir impuestos y hacer todo el ajuste por la via del gasto.  Esto es un poco mas coherente, pero resta entender cómo será posible reducir cerca de $3000 millones del gasto corriente sin sacrificar la recuperación. La sindéresis política impide contraer un tercio de la masa laboral de policías, militares, médicos o profesores para resolver el problema, porque generaríamos otros problemas.  Por tanto, la reforma tributaria en el fondo es una propuesta de ajuste que se encuentra en el medio de dos extremos polares, parte mas impuestos y parte menos gastos. Entiendo la motivación populista de no aceptar más impuestos, pero no nos perdamos, esto no es bajo ningún concepto un argumento económico serio.  Además, habría que declarar que la oposición a la reforma tributaria es una respuesta política para proteger un grupo de interés. Esto es, a todo el que pertenece al 20% superior de la distribución del ingreso en el Ecuador, dentro del cual me incluyo a mí mismo.

Dicho de manera resumida los economistas pueden recomendar un proyecto de gasto como eficiente si su rentabilidad social es mayor que el costo de su financiamiento.  Y deben recomendar financiarlos con mas impuestos o con mas deuda según si desean que el gasto sea asumido por las generaciones presentes o si deben ser también ser asumidos por las generaciones futuras.  Pero es la política, en concreto la filosofía política, la que debe responder a la pregunta de qué es lo que la sociedad debe estar dispuesta a que el Estado gaste, y luego es la economía la que le puede ayudar a decir de qué manera se puede hacer esto lo más eficientemente posible.  ¿Se ven claramente los dos andariveles?

La reforma en coyuntura

En este contexto es que debemos entender cómo puede ser factible aprobar una reforma en la Asamblea que procura aumentar los impuestos permanentemente en un monto de ~$900 millones desde el 2023 por la via de subir las tasas marginales y bajar las deducciones de los gastos personales a las personas naturales, hasta lo que se ha modificado el proyecto al día de hoy, impacta a personas con más de 2600 mensuales de ingresos que empezarán a pagar mas IR.  Adicionalmente, y para que los ingresos fiscales se aumenten desde el 2022 se crea un impuesto transitorio a los activos para las empresas y personas por un valor estimado de otros ~$900 millones, que desaparecerá para el 2024.

Por otro lado, el gasto fiscal se estima reducir en un monto de aproximadamente $1800 millones de manera de reducir el déficit estructural. Vale decir, un tercio del ajuste es con más ingresos permanentes y dos tercios con menos gastos permanentes. 

El problema económico de la reforma coincide con un año en el que la tasa de crecimiento se estima será del 2%, cuando en el 2020 se redujo en casi 8%.  Por tanto, la recuperación pendiente para llegar a niveles del PIB de pre-pandemia es todavía del 6%.  En este punto, se trata de las brechas de recuperación mas lentas de la región.

La coyuntura es siempre algo que complica cualquier intento que pretenda una reforma de estabilización de las finanzas públicas, y no les resta razón a quienes indican que lo mas sano es postergar el ajuste para no agraviar la recuperación.  A lo cual hay que indicar que el problema de la caja fiscal es tan delicado, que aun a pesar de poner en riesgo la reactivación, al menos consigue desaparecer el fantasma de la incapacidad de pago del Estado, sus deudas contingentes (la del IESS siendo la mas clara), sus necesidades extraordinarias como la pandemia, la crisis carcelaria y probablemente algún desastre natural que encuentre a un gobierno insolvente en muy malas condiciones para reaccionar.  Así que no me cuesta afirmar que esta reforma se ha vuelto tan necesaria como imposible de que sea aprobada en el pleno de la Asamblea. ¿Se ve cómo los andariveles de la economía y política se han cruzado? ¡Tremenda paradoja!

Estrategia para resolver la aparente paradoja de la reforma

Tal es la situación en el calor del debate, que se consciente que la única posibilidad de aprobación del proyecto de reforma tributaria es que sea aprobada por el ministerio de la Ley.  En mi opinión esto sería una situación particularmente peligrosa por la falta de legitimidad que ha recibido la propuesta en la oposición, en los sectores del movimiento indígena y en los grupos empresariales. 

Este tipo de reformas, las que afectan directamente el bolsillo de grupos determinados pueden producir una reacción violenta porque buscan una redistribución del ingreso en un momento del tiempo específico.  En este caso la pagarán mayoritariamente grupos de personas que producen mas de $2600 dolares mensuales, amén de personas con más de $1 millon de patrimonio y empresas con mas de $4 millones de activos.

Tal como se ha planteado la reforma se trata de un problema suma cero.  O gana la perspectiva “progresistas” y pierden los “empresaurios”. O ganan los “libertarios” y pierde el gobierno “fiscalista”.  Nótese las comillas para remarcar la polarización del debate.   De este tipo de problemas, por construcción, no se puede crear valor para ambas partes.

Considero mejor plantear el debate en una manera de recuperar uno de los grandes ofrecimientos de campaña: eliminar el ISD.  El tema es posible replantearlo como una negociación coopertativa y no como una negociación distributiva. Esto es, si aprovechamos la coyuntura petrolera favorable no para postergar el ajuste fiscal, sino para incluir a cuenta de esos ingresos, el compromiso de eliminar el ISD luego de haber recogido los frutos del ajuste fiscal después del 2022 y 2023.  Conviene indicar que seguramente, deberíamos repensar los compromisos con el FMI, pero ellos deberían estar aun mas conscientes de la necesidad política de tolerar esa dilación del ajuste, si a cambio comprometemos de una vez en la nueva Ley la eliminación del impuesto a la salida de divisas desde el 2024. Nótese como con esta propuesta se regresa al andarivel político para devolverle ese deseo de no aumentar los impuestos netos de la gente.  Adicionalmente respetamos el andarivel económico al atacar el problema del déficit estructural y de paso mejoramos la estructura tributaria hacia impuestos menos distorsionadores.

Reflexión sobre el debate populista

No es conveniente que desviemos la atención del debate a etiquetar ambas posturas como fiscalistas o libertarias.  El problema fiscal de la estabilización de las finanzas públicas y el de la reactivación son ambos problemas que debieron ser previstos antes de la campaña.  La posición socialcristiana es muy acomodaticia y parece estar haciendo el juego a los golpistas.  Se han acostumbrado a cooptar el debate imponiendo posiciones prestablecidas previo a sentarse a la mesa tal como lo fue el “somos aliados, pero tenemos estas posturas que no estamos dispuestas a revisar”.  Algo así como perdono, pero no olvido, y como siempre recuerdo, en el fondo se me hace difícil perdonar.  Lo mismo podríamos criticarle al presidente Lasso respecto a sus ofrecimientos de campaña.  De igual forma que criticamos a los socialcristianos por su posición intransigente de hoy, habríamos de preguntarnos por esas posiciones populistas de campaña donde ofrecían no subir el IVA, bajar el ISD y no subir ningún impuesto que ahora le hacen tan difícil viabilizar su reforma en abierta contradicción con sus ofrecimientos de campaña.  ¿Quiénes fueros esos economistas libertarios que hicieron los cálculos que sustentaban esas afirmaciones políticas? Esos son los economistas que criticar y no tanto al actual ministro. Esos fantasmas del populismo del candidato de ayer o de la oposición de hoy -aunque hay que recordarles a los socialcristianos que ellos subieron el IVA del 6 al 10% luego de la rotura del oleoducto en 1987 durante la presidencia de LFC- son la principal razón por la cual la aprobación de la reforma es mas difícil que tragarse una rueda de molino.

He intercalado una tercera alternativa para que tanto gobierno como oposición redefinan el proyecto antes del segundo debate en la Asamblea esta semana.  Hay que pulir los números, pues comprometer reducir aproximadamente $1200 millones de ISD contra $900 millones de IR aumenta el déficit estructural no lo disminuye, amen de alterar los compromisos con el FMI. Pero hace falta mas audacia para resolver el problema donde nos hemos entrampado devolviendo la política y la economía a sus andariveles respectivos.  La diferencia de ingresos fiscales faltantes se podría conseguir contra crecimiento futuro.  Y si algo ha caracterizado la gestión del presidente Lasso es apuntar a lo grande.  Lo que si no concibo es forzar la aprobación al transcurrir del tiempo para que sea aprobado por el ministerio de la Ley.  En ese caso nos corremos el riesgo de repetir la experiencia colombiana de principios del 2021.  En esa ocasión los empresarios se opusieron a la elevación de impuestos al punto que la izquierda radical se justificaba en sus manifestaciones violentas: “¡No importan los destrozos, esta vez los empresarios pagan!”.  Eso es lo último que necesita el país y todo por no saber distinguir lo político de lo económico.

Pandora Papers en Ecuador: Fake News o Error de Periodista

Octubre del 2021

La agenda de gobierno ha sido seriamente afectada por la publicación de los Pandora Papers.  Mas allá de las implicaciones políticas y económicas de advertir el artificio de generar ingresos en paises de altos impuestos y tributar en paises con bajos impuestos (pensando en El Capital del s. XXI de Piketty), para el caso concreto del Ecuador, se producen implicaciones políticas distintas que conviene analizarlas.  Tanto es así, que se ha convocado a una investigación en la Asamblea lejos del alcance de la comisión de fiscalización.  Algo que, según los juristas como Hernan Pérez, es un atropello al régimen de derecho aplicable dentro del poder Legislativo; y, según los cronistas de la Asamblea como Roberto Aguilar, es la manifestación concreta de la amenaza de derrocar al presidente Lasso.  Por no citar la réplica en contra de El Universo del presidente Lasso, amén de la entrevista con Carlos Vera donde conjetura que el “triunvirato de la conspiración” estaría muy cerca de asestar un golpe a la democracia.

No puedo estar más de acuerdo con el presidente cuando declara sus enemigos en política, pues yo no hacia mas que recomendar exactamente eso en mi entrega anterior: <<Sie Lasso>>.  Sin embargo, hay que matizar un poco a quien vamos a atacar, pues estaríamos distanciándose de quienes deberían ser sus principales aliados en esta lucha política: los medios de comunicación. La definición de enemigo en política es alegórica, pues no se trata de acabarlo humanamente, eso es un enemigo de guerra.  Se trata de identificar a aquellos con los cuales los intereses del proyecto político son contradictorios, en este caso porque los de unos siguen el interés común y los enemigos los intereses particulares que los benefician.

En concreto considero que el caso de los Pandora Papers en Ecuador ha producido un debate respecto a la libertad de expresión en contra del presidente, en vez de una rectificación de un error periodístico que ha dado pie a un verdadero problema de fake news del cual se acogen los correistas para atacar al régimen.

El problema de la libertad de expresión como derecho absoluto

La libertad de expresión no es un derecho absoluto. Un derecho absoluto es el derecho a la vida. Me extraña que haya periodistas que se escandalicen con el reclamo del presidente a El Universo, y por otro lado, no consientan el mismo nivel de escándalo que significa cuando un ser humano sea masacrado en las cárceles de manos de la mafia. No esto no es así.  Debe haber más sindéresis. Nadie esta pensando en regresar al pasado reciente donde los medios estaban mayoritariamente capturados por el poder oficial.  Pero si alguien estima que un periodista o un medio ha cometido un error, tiene todo el derecho de llamar su atención, pedir una rectificación e intentar compensar en algo al afectado si se ha cometido un acto injusto. 

Ahora bien, dicho esto, no consiento que desde el poder se especule con el argumento de que como no se esta actuando justamente, en el futuro se podrá coartar esa libertad de expresión.  Algo que, como lo confesó el mismo Carlos Vera esa noche en la entrevista, es lo que quiso decir el presidente cuando indica en su carta: “quién los controla a Uds”.  No, eso tampoco.

Lo que corresponde es un continuo ejercicio de críticas y réplicas en un ambiente adecuado enfrentando la verdad con integridad.  Claro está que esto es más fácil decirlo que hacerlo, y este espacio no me basta para desarrollar esta tesis.  Pero me quedaría con la siguiente frase de Thomas Jefferson:

“Ningún gobierno debería estar sin quien lo esté criticando, y cuando la prensa es libre, esto nunca ocurrirá.  Si es virtuoso, no deberá temer el justo intercambio de ataque y defensa.  Pues la naturaleza le ha provisto al hombre de los medios para extraer la verdad sea en religión, derecho o política.  Considero honorable que el gobierno no conozca o identifique sus aduladores o sus críticos, pues sería indigno y criminal consentir a los primeros y perseguir a los últimos”.

El verdadero problema: Fake News o Error

A partir de la proliferación de las redes sociales en política y a partir de el uso de este recurso para el Brexit en el Reino Unido y Cambridge Analítica para las elecciones de Donald Trump en el 2016 ha surgido un interés por el estudio de los fake news (o noticias falsas).  Esto es una noticia intencionada y verificablemente falsa.  A no confundir con un error, un rumor, una teoría de conspiración, una sátira, una mentira política o el sesgo de las noticias.  Un fake news es un artificio muy divulgado en las redes sociales para desinformar que tiene una apariencia de verdad pero que es una mentira.  Por ejemplo, cuando Trump alegaba de Obama no podía ser candidato por no haber nacido en EE.UU.  y decía tener un certificado que lo probaba.  Hoy se sabe que esto nunca existió, pero hasta el día de hoy hay gente que creyó en esa noticia, dando que era hijo de una madre soltera de un padre musulmán del cual llevaba su nombre. 

La hipótesis de fake news

Los ejemplos de fake news en la política ecuatoriana abundan y me voy a remitir al de más reciente factura: <<Los Panama Papers prueban que Lasso tiene dinero en paraísos fiscales, que además ha evadido impuestos, y que por ende debería renunciar a la presidencia>>, según afirma el ex candidato Arauz en su cuenta de Twitter.

Como decíamos al comenzar, de los Pandora Papers se ha evolucionado a un problema bastante mas complejo para el gobierno. Tanto es así, que diría que ha erosionado la credibilidad del presidente para la reforma tributaria que requiere subir impuestos a los activos provisionalmente y reducir impuestos a las herencias permanentemente.  Habrá que ver cómo finalmente resulta la reforma, pero para mi ya se volvió cuesta arriba.

Evidentemente, en el reportaje inicial de Washington Post se aclara que tener dinero en paraísos fiscales no es sinónimo de un delito.  Sin embargo, también comentan que sería “eticamente discutible” tenerlos fuera de su país de origen.  Algo que abre una cuña a la credibilidad del presidente Lasso.  No obstante, la investigación no indica que las off-shore de Lasso son antes de que sea candidato y tampoco indica cuánto paga de impuestos en el país.  Desde un punto de vista conceptual colar a Lasso en ese listado sin hacer esas precisiones equivale a colar un elefante por una cernidora.  Pero hasta cierto punto, en una investigación tan amplia cuya afirmación son en base estadística y documental hace falta mucho para exigir que no se equivoquen. Esto sí, siempre asumiendo buena fe.  Por tanto, el problema en mi opinión es el de un error periodístico de la contraparte ecuatoriana, por no haber sabido entender el peso de esa información y aclarar el contexto del presidente antes de ponerlo en la lista.

Para otro momento discutiremos la idea del problema de la definición de un paraíso fiscal, de si se cometió elusión o incluso de las connotaciones éticas.  Por ahora baste decir, que para un banquero obligado a deshacerse de sus otros negocios distintos al banco la única salida era llevarlos al extranjero, no veo la carga moral de las off-shore como un agravante sino como un atenuante, toda vez que se entienda lo que empezó con la regulación adversarial a la banca en el 2012 tenía que terminar con la plata fuera del país de parte no de uno sino de todos los banqueros.   Por lo pronto, Pandora Papers en Ecuador con Lasso cometió un error, mas allá de que el correísmo de ahí lo ha convertido en un fake news, de por si El Universo no es responsable de esa manipulación, aunque si debió ayudar a desinflarla.

Del error al conflicto

Una vez identificado el problema deberíamos tratar de encontrar una mejor solución que el enfrentamiento.  Esta solución pasa por reconocer que en un ambiente tan politizado hace falta mirar a la responsabilidad política de los medios con la información con más sindéresis.  Al final del día, la cuenta la pagamos todos, por el carácter de externalidad que tiene la información política mas allá de la preferencia por la lectura escandalosa de ciertos sectores.

No es menos cierto que la respuesta del presidente verifica que parece tener “piel delgada” como le crítican algunos, o que en materia de comunicación no tiene un vocero y todo asciende a las declaraciones presidenciales.  No parece del todo descabellado creer, que alguien con un poquito de mano izquierda y bien contactado con los medios hubiera podido contener el efecto sobre la reputación del presidente de estos anuncios si se hubiera podido aclarar los datos objetivos de las fechas y de los pagos de impuestos.  Después de todo, la situación de Lasso no revela un problema de conflictos de interes como si parece ser el caso del presidente Piñera; menos aún el de enriquecimiento a partir del ejercicio del poder como parece el caso de los monarcas de los países islámicos como Arabia Saudita y Jordania. 

Tampoco parece razonable creer que haya interes de los consumidores por recibir este tipo de noticias (problema de demanda), puesto que es un proyecto multinacional iniciado hace dos años y compuesto por mas de 600 periodistas a nivel mundial.  Menos aún que sean intereses de los directivos del diario por afectar al gobierno (problema de oferta) puesto que ellos mejor que nadie conocen que no conviene hacer popular a una oposición que reviva las políticas correístas de comunicación.  Por eso la hipótesis del error es la mas plausible, y lo que corresponde es hacer un ejercicio para rectificar el error adecuando fechas de cierre de off-shore y declaraciones de impuestos nacionales para aclarar la sospecha de reza sobre de un supuesto incumpliendo de leyes electorales y de impuestos en el Ecuador.  Para otra ocasión dejaremos el serio inconveniente que tiene el reportaje respecto a la omisión de una innumerable cantidad de lideres de izquierda radical que se especula también manejan fortunas, estas tal vez detrás del alcance sistema financiero internacional, como la de los Ortega, los Castro, los Maduro y todo el grupo de terroristas del medio oriente del cual el reportaje hace mutis completo.

Los medios son los aliados no los adversarios

Sobre la base del reconocimiento de el error que hemos mencionado y resaltando que el periodismo merece respeto en su independencia, El Universo debería tomar la iniciativa de profundizar en el caso de Lasso y rectificar.  Hace falta ir más allá que el Washington Post y el referido error de la contraparte ecuatoriana para la investigación.  No vaya a ser que termine siendo este caso el que sepulte injustamente a Lasso, so cuento de un fake news, fabricado desde las huestes del correísmo, quienes si serían los verdaderos sepultureros de la prensa independiente de donde volverán con hambre guardado contra la prensa.  Pues la justicia manda dar a cada uno lo que pertenece y no dejarse llevar por prejuicios marxistas en contra de todos los ricos, y no en contra de los ricos que si evaden, que si corrompen y que si trafican; y a los cuales tal parece le estaríamos haciendo el juego.