El país está consternado por los hechos sucedidos el 23 de febrero. Una matanza, donde han decapitado, ahorcado y matado a 78 personas en tres cárceles: “Las cárceles del Ecuador son tierra de nadie”, consignaría la DW alemana. En un operativo coordinado para ejecutarse en la mañana de ese martes motivado por una sublevación de las filas inferiores de una banda de crimen organizado, Los Choneros (o los Nuevos Choneros), en contra de los Lagartos. Asi se cometía la peor masacre de la historia carcelaria del Ecuador. Un recuento de los antecedentes y las potenciales consecuencias es desarrollado con bastante acuciosidad periodística en una entrevista de Andersson Boscan de La Posta, por donde pasa el exministro de gobierno de Correa, el actual asambleísta Serrano; y una sicóloga que trabajó en el sistema carcelario ecuatoriano, la Dra. Gladis Montero.
Es
una entrevista
de más de una hora, y que recomiendo ver por lo novedoso de los antecedentes de
este fenómeno violento que se ha venido incubando durante algunos años hasta
terminar en los hechos macabros sucedidos. Recomiendo ver la entrevista para diferir el interés
curioso por ver videos de escenas propias de película de terror, que yo me he
abstenido de ver por considerar que no me aportan en nada para entender el
fenómeno y peor aún me podría dejar perturbado por lo que he escuchado decir
que aparece en esos videos. Siento
lástima por lo que le ha sucedido a estas personas, y escribo estas líneas como
una forma alternativa de ayudar a dar luces sobre la situación que para muchos
era desconocida, aunque como decimos, no es novedosa para los que están vinculados
con estos temas de seguridad pública.
La
disputa del liderazgo en las cárceles
Una
primera lectura, asociada con la línea de La Posta, es que esto se trata de una
<<disputa de territorio>> entre bandas de crímen organizado, Los
Choneros y Los Lagartos, por el control de las cárceles. Vale aclarar, que el móvil fundamental de
estas bandas es la de hacer el trabajo logístico (traslado de la droga desde
donde se produce hasta donde se consume) de los grandes carteles de
narcotráfico de Ecuador y del mundo. Por
tanto, mucho de lo escuchado en la entrevista revela la operación del negocio
de narcotráfico en donde se usan los puertos de Guayaquil y Manta como puerta de
salida la droga. Según la versión relatada
por Boscan, resultado del asesinato del líder de Los Choneros en diciembre
pasado, alias Rasquiña, se empezó a tramar esta revuelta en la que aparentemente
se estarían sublevando las bases de la organización para retomar el control de
la organización, a manos de unos capos distintos a los actuales.
La
historia es muy impactante por los antecedentes de las matanzas, y uno podría quedarse
con la tesis de que se trata de una revuelta para el control de las cárceles. En mi opinión, esta no parece una explicación
razonable. Lo que sucede tiene es que
controlar las cárceles es un objetivo bastante cuestionable por sí solo. Pregúntese Ud. cómo es posible que se hable
que en una cárcel sea posible ejercer un control armado por parte de los
prisioneros. No les parece risible,
creer que eso sea un objetivo sensato, de no mediar un problema mayor. Es como si los pacientes piensen en tomarse los
quirófanos después de que los médicos le pongan la anestesia. ¿La pregunta en cuestión debería ser por qué
no es posible controlar las cárceles? ¿Por qué si el objetivo es producir terror
no lo hacen en las calles donde no se lo puede capturar con seguridad?
La
teoría de la falta de rehabilitación de los PPL
La
sicóloga entrevistada por Boscan comentaba que el problema es una lucha por la
autoridad entre dos poderes: El Estado y las bandas. Según esta versión, lo que sucede es que por
una multiplicidad de problemas, las cárceles no son el lugar mas apropiado para
rehabilitar a una persona, y por eso, las bandas se aprovechan para enrostrar
su poder en contra de un Estado fallido, incapaz, corrupto y que no acierta en
diseñar políticas que realmente ayuden a los PPL.
Esta
versión es un poco más general y reconoce el problema de autoridad y anota
muchas causas, muchas de las cuales seguramente deberán ser parte de la solución. Pero se equivoca, del medio a la mitad, al
creer que la solución pasa por aminorar las penas y por diseñar ambientes que
faciliten la recuperación de los delincuentes.
Esto lo digo, porque creo que son las típicas expresiones de las
personas que antes diversos problemas siempre ofrecen la misma solución. Como dice el refrán: <<para todo aquel
con un martillo, todo problema es un clavo>>. En mi opinión aquí se están confundiendo
problemas. Esto, porque un acto de terror
como el acontecido tenía un objetivo de control con consecuencias políticas (¡si
también la mafia tiene problemas de organización y política!); lo que difícilmente
se hubiera podido evitar con medidas tan genéricas como las que se estaría
pensando: suavizar las penas, rehabilitar mejor a los PPL, entre otras.
Me
parece conveniente advertir los problemas de estas ideas sino vamos a confundir
o agravar los problemas aún mas, en un tema ya de por si bastante complejo.
La
teoría de la corrupción del gobierno
Finalmente,
el asambleísta Serrano ha referido que se trata de un problema de corrupción de
gobierno. En donde los ministros de
gobierno de Lenin han negociado la liberación de Rasquiña a los 5 años -en
junio pasado-, cuando fue sentenciado a 20 años por homicidio, a cambio de
conseguir información de cómo se estarían controlando las cárceles. Esto ciertamente resulta escandaloso de
conocer que las autoridades trabajen con tal nivel de ingenuidad -sería la
segunda vez, que escucho esto, como en el caso del reparto del IESS-. Y, aunque no descarto que pueda ser cierto,
me parece que el problema de corrupción si bien tiene parte importante de la
explicación, no me parece que sea en el sentido que está mencionando el asambleísta. En primer, lugar la muerte de Rasquiña y la
matanza de las 78 personas no se derivan como consecuencia de haberlo dejado en
libertad. La muerte de Rasquiña obedece,
según Boscan, a la intención de Los Lagartos de aplanar el camino del narcotráfico
en Guayaquil a través del puerto, en el que Los Choneros estaban tratando de meterse
-disputa de territorio-. Según indica el
periodista, fue un acto de sicariato encargado al cartel de Sinaloa, pues nadie
más se hubiera atrevido. Uno podría decir: ¡En todas partes se cuecen habas!.
Lo
mas importante es que esta versión no explica por qué el gran problema de la
delincuencia sería controlar las cárceles, y por qué el tratar de hacer un
acuerdo para desarticular una banda no sería algo deseable. Sobre todo, sabiendo que el mismo Serrano se
fue a EE.UU. a traer a Carlos Pareja Yanuzelli, alias Capaya, para ayudar a descubrir
las redes de corrupción en PetroEcuador.
Además de sindéresis e imparcialidad partidista yo preguntaría de qué
manera el liberar a Rasquiña explica todo este descalabro. A mi no me basta.
El
Estado fallido, la corrupción, el juego y la institucionalidad del narcotráfico.
Ahora
mi versión. El problema del narcotráfico en Ecuador consiste en entender cómo es el conjunto de reglas, si quieren instituciones, en el que
operan estas actividades ilícitas. Este
es un tema serio, pero se lo puede pensar análogamente a un juego, donde el
capo opera desde su cuartel o la cárcel, entra y sale cuando le conviene y por
eso importa tomarse las cárceles. De
esta manera, cuando entran pueden seguir operando desde adentro, y por esta
razón, es que con la corrupción de policías y jueces meten metralletas y
motosierras hasta los pabellones de máxima seguridad. O me van a decir que es muy difícil controlar
que entren celulares y armas a una cárcel.
Piensen los cientos de miles de pasajeros que pasan por los aeropuertos
y les quitan hasta el corta uñas de la maleta de mano.
Por
otro lado, los que mueren son los que hacen la logística, Los Choneros y Los
Lagartos; los jueces, los capos y los policías no se los toca, pero salen ganando
dinero -aquí entra la corrupción- y, de cuando en cuando, el gobierno trata de
meterse para poner orden. Al final de la
partida, el narcotráfico sigue con su juego: vendiendo droga, corrompiendo a
personas e instituciones y matando a discreción. Las fichas del juego son los capos de la droga,
las bandas, los jueces, los policías y los que vienen a gobernar. Estos últimos o se alinean, o se asustan o se
los mata. Pero nadie cambia las reglas
del juego. ¡Asi o mas claro!
Pobre
mi país, es de terror. Pero lo cierto es
que si no cambiamos el juego estamos condenados a morir en el, puesto que <<El que a hierro a mata, a hierro
muere>>.
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