Octubre del 2021
La agenda de gobierno ha sido seriamente afectada por la publicación de los Pandora Papers. Mas allá de las implicaciones políticas y económicas de advertir el artificio de generar ingresos en paises de altos impuestos y tributar en paises con bajos impuestos (pensando en El Capital del s. XXI de Piketty), para el caso concreto del Ecuador, se producen implicaciones políticas distintas que conviene analizarlas. Tanto es así, que se ha convocado a una investigación en la Asamblea lejos del alcance de la comisión de fiscalización. Algo que, según los juristas como Hernan Pérez, es un atropello al régimen de derecho aplicable dentro del poder Legislativo; y, según los cronistas de la Asamblea como Roberto Aguilar, es la manifestación concreta de la amenaza de derrocar al presidente Lasso. Por no citar la réplica en contra de El Universo del presidente Lasso, amén de la entrevista con Carlos Vera donde conjetura que el “triunvirato de la conspiración” estaría muy cerca de asestar un golpe a la democracia.
No puedo estar más de acuerdo con
el presidente cuando declara sus enemigos en política, pues yo no hacia mas que
recomendar exactamente eso en mi entrega anterior: <<Sie
Lasso>>. Sin embargo, hay que matizar
un poco a quien vamos a atacar, pues estaríamos distanciándose de quienes deberían
ser sus principales aliados en esta lucha política: los medios de comunicación.
La definición de enemigo en política es alegórica, pues no se trata de acabarlo
humanamente, eso es un enemigo de guerra.
Se trata de identificar a aquellos con los cuales los intereses del
proyecto político son contradictorios, en este caso porque los de unos siguen
el interés común y los enemigos los intereses particulares que los benefician.
En concreto considero que el caso
de los Pandora Papers en Ecuador ha producido un debate respecto a la libertad
de expresión en contra del presidente, en vez de una rectificación de un error
periodístico que ha dado pie a un verdadero problema de fake news del cual se
acogen los correistas para atacar al régimen.
El problema de la libertad de
expresión como derecho absoluto
La libertad de expresión no es un
derecho absoluto. Un derecho absoluto es el derecho a la vida. Me extraña que haya
periodistas que se escandalicen con el reclamo del presidente a El Universo, y
por otro lado, no consientan el mismo nivel de escándalo que significa cuando un
ser humano sea masacrado en las cárceles de manos de la mafia. No esto no es
así. Debe haber más sindéresis. Nadie
esta pensando en regresar al pasado reciente donde los medios estaban mayoritariamente
capturados por el poder oficial. Pero si
alguien estima que un periodista o un medio ha cometido un error, tiene todo el
derecho de llamar su atención, pedir una rectificación e intentar compensar en
algo al afectado si se ha cometido un acto injusto.
Ahora bien, dicho esto, no
consiento que desde el poder se especule con el argumento de que como no se
esta actuando justamente, en el futuro se podrá coartar esa libertad de
expresión. Algo que, como lo confesó el
mismo Carlos Vera esa noche en la entrevista, es lo que quiso decir el
presidente cuando indica en su carta: “quién los controla a Uds”. No, eso tampoco.
Lo que corresponde es un continuo
ejercicio de críticas y réplicas en un ambiente adecuado enfrentando la verdad
con integridad. Claro está que esto es
más fácil decirlo que hacerlo, y este espacio no me basta para desarrollar esta
tesis. Pero me quedaría con la siguiente
frase de Thomas Jefferson:
“Ningún
gobierno debería estar sin quien lo esté criticando, y cuando la prensa es
libre, esto nunca ocurrirá. Si es
virtuoso, no deberá temer el justo intercambio de ataque y defensa. Pues la naturaleza le ha provisto al hombre
de los medios para extraer la verdad sea en religión, derecho o política. Considero honorable que el gobierno no
conozca o identifique sus aduladores o sus críticos, pues sería indigno y
criminal consentir a los primeros y perseguir a los últimos”.
El verdadero problema: Fake
News o Error
A partir de la proliferación de
las redes sociales en política y a partir de el uso de este recurso para el
Brexit en el Reino Unido y Cambridge Analítica para las elecciones de Donald
Trump en el 2016 ha surgido un interés por el estudio de los fake news (o noticias
falsas). Esto es una noticia
intencionada y verificablemente falsa. A
no confundir con un error, un rumor, una teoría de conspiración, una sátira,
una mentira política o el sesgo de las noticias. Un fake news es un artificio muy divulgado en
las redes sociales para desinformar que tiene una apariencia de verdad pero que
es una mentira. Por ejemplo, cuando Trump
alegaba de Obama no podía ser candidato por no haber nacido en EE.UU. y decía tener un certificado que lo
probaba. Hoy se sabe que esto nunca
existió, pero hasta el día de hoy hay gente que creyó en esa noticia, dando que
era hijo de una madre soltera de un padre musulmán del cual llevaba su nombre.
La hipótesis de fake news
Los ejemplos de fake news en la
política ecuatoriana abundan y me voy a remitir al de más reciente factura:
<<Los Panama Papers prueban que Lasso tiene dinero en paraísos fiscales,
que además ha evadido impuestos, y que por ende debería renunciar a la
presidencia>>, según afirma el ex candidato Arauz en su cuenta de
Twitter.
Como decíamos al comenzar, de los
Pandora Papers se ha evolucionado a un problema bastante mas complejo para el
gobierno. Tanto es así, que diría que ha erosionado la credibilidad del
presidente para la reforma tributaria que requiere subir impuestos a los
activos provisionalmente y reducir impuestos a las herencias permanentemente. Habrá que ver cómo finalmente resulta la
reforma, pero para mi ya se volvió cuesta arriba.
Evidentemente, en el reportaje
inicial de Washington Post se aclara que tener dinero en paraísos fiscales no
es sinónimo de un delito. Sin embargo, también
comentan que sería “eticamente discutible” tenerlos fuera de su país de
origen. Algo que abre una cuña a la credibilidad
del presidente Lasso. No obstante, la
investigación no indica que las off-shore de Lasso son antes de que sea
candidato y tampoco indica cuánto paga de impuestos en el país. Desde un punto de vista conceptual colar a
Lasso en ese listado sin hacer esas precisiones equivale a colar un elefante
por una cernidora. Pero hasta cierto
punto, en una investigación tan amplia cuya afirmación son en base estadística
y documental hace falta mucho para exigir que no se equivoquen. Esto sí, siempre
asumiendo buena fe. Por tanto, el
problema en mi opinión es el de un error periodístico de la contraparte ecuatoriana,
por no haber sabido entender el peso de esa información y aclarar el contexto
del presidente antes de ponerlo en la lista.
Para otro momento discutiremos la
idea del problema de la definición de un paraíso fiscal, de si se cometió
elusión o incluso de las connotaciones éticas.
Por ahora baste decir, que para un banquero obligado a deshacerse de sus
otros negocios distintos al banco la única salida era llevarlos al extranjero,
no veo la carga moral de las off-shore como un agravante sino como un atenuante,
toda vez que se entienda lo que empezó con la regulación adversarial a la banca
en el 2012 tenía que terminar con la plata fuera del país de parte no de uno
sino de todos los banqueros. Por lo pronto,
Pandora Papers en Ecuador con Lasso cometió un error, mas allá de que el correísmo
de ahí lo ha convertido en un fake news, de por si El Universo no es
responsable de esa manipulación, aunque si debió ayudar a desinflarla.
Del error al conflicto
Una vez identificado el problema
deberíamos tratar de encontrar una mejor solución que el enfrentamiento. Esta solución pasa por reconocer que en un
ambiente tan politizado hace falta mirar a la responsabilidad política de los
medios con la información con más sindéresis.
Al final del día, la cuenta la pagamos todos, por el carácter de
externalidad que tiene la información política mas allá de la preferencia por
la lectura escandalosa de ciertos sectores.
No es menos cierto que la respuesta
del presidente verifica que parece tener “piel delgada” como le crítican algunos,
o que en materia de comunicación no tiene un vocero y todo asciende a las
declaraciones presidenciales. No parece
del todo descabellado creer, que alguien con un poquito de mano izquierda y
bien contactado con los medios hubiera podido contener el efecto sobre la
reputación del presidente de estos anuncios si se hubiera podido aclarar los
datos objetivos de las fechas y de los pagos de impuestos. Después de todo, la situación de Lasso no
revela un problema de conflictos de interes como si parece ser el caso del presidente
Piñera; menos aún el de enriquecimiento a partir del ejercicio del poder como
parece el caso de los monarcas de los países islámicos como Arabia Saudita y
Jordania.
Tampoco parece razonable creer
que haya interes de los consumidores por recibir este tipo de noticias (problema
de demanda), puesto que es un proyecto multinacional iniciado hace dos años y
compuesto por mas de 600 periodistas a nivel mundial. Menos aún que sean intereses de los
directivos del diario por afectar al gobierno (problema de oferta) puesto que
ellos mejor que nadie conocen que no conviene hacer popular a una oposición que
reviva las políticas correístas de comunicación. Por eso la hipótesis del error es la mas
plausible, y lo que corresponde es hacer un ejercicio para rectificar el error
adecuando fechas de cierre de off-shore y declaraciones de impuestos nacionales
para aclarar la sospecha de reza sobre de un supuesto incumpliendo de leyes
electorales y de impuestos en el Ecuador.
Para otra ocasión dejaremos el serio inconveniente que tiene el
reportaje respecto a la omisión de una innumerable cantidad de lideres de
izquierda radical que se especula también manejan fortunas, estas tal vez detrás
del alcance sistema financiero internacional, como la de los Ortega, los Castro,
los Maduro y todo el grupo de terroristas del medio oriente del cual el
reportaje hace mutis completo.
Los medios son los aliados no
los adversarios
Sobre la base del reconocimiento
de el error que hemos mencionado y resaltando que el periodismo merece respeto en
su independencia, El Universo debería tomar la iniciativa de profundizar en el
caso de Lasso y rectificar. Hace falta
ir más allá que el Washington Post y el referido error de la contraparte
ecuatoriana para la investigación. No
vaya a ser que termine siendo este caso el que sepulte injustamente a Lasso, so
cuento de un fake news, fabricado desde las huestes del correísmo, quienes si serían
los verdaderos sepultureros de la prensa independiente de donde volverán con
hambre guardado contra la prensa. Pues
la justicia manda dar a cada uno lo que pertenece y no dejarse llevar por
prejuicios marxistas en contra de todos los ricos, y no en contra de los ricos
que si evaden, que si corrompen y que si trafican; y a los cuales tal parece le
estaríamos haciendo el juego.
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